La ocupación de Palestina, el negocio que siempre benefició a Israel
Por Cecilia Remis
Desde la comida a la ropa que compramos hasta la aplicación que usamos para reservar un hotel en nuestras vacaciones, la complicidad de las empresas con el genocidio de Palestina está presente en nuestra vida diaria mucho más de lo que creemos.
Así lo demuestra el informe: anatomía de un genocidio de Francesca Albanese, la relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos, del que ha dado este jueves 20 de noviembre, una charla en la Universidad Libre de Bruselas. Su visita coincide con la aprobación del plan de Trump para Gaza en el consejo de seguridad de la ONU que Albanese considera inaceptable porque restringe la voluntad de autodeterminación del pueblo palestino.

“¿Cómo sigue librando una guerra que cuesta tantos recursos contra una población que no tiene ejército? […] ¿Cuál es el coste económico de la ocupación?” o “¿Cuánto dinero perdían los palestinos y cuánto se beneficiaba Israel de la ocupación?”, son algunas de las preguntas que se hacía Albanese antes de redactar su informe.
Y es que la ocupación de los palestinos es muy rentable pues, según la relatora, empresas, bancos, ONGS y universidades se lucran del genocidio palestino por sus negocios en territorios ocupados. “Israel siempre se ha beneficiado de la ocupación”, aseguró.
Esto es lo que Albanese denomina la “economía de la ocupación” que ha pasado a ser la “economía del genocidio” en la que empresas se lucran con la creación de colonias en territorio palestino.
La relatora explicó en su charla que numerosas empresas venden a Israel servicios de vigilancia y armamentísticos para desplazar a los palestinos. Pero una vez vacían la tierra aparece un nuevo negocio con la construcción de viviendas, carreteras, instalaciones de luz y suministros de agua en las colonias.

Si buscamos ejemplos de empresas que se benefician de todo esto no hay más que mirar dentro del estado español. La empresa vasca CAF que tiene en Jerusalén un proyecto de ampliación del tranvía conectando la ciudad con asentamientos ilegales.
Albanese hizo especial hincapié en el control del suministro de agua de los palestinos por parte de Israel a través de una empresa. Los palestinos se ven obligados a comprarle el agua a esta empresa. Este es uno de muchos ejemplos que demuestra que la gestión de recursos por parte de Israel es propia de un estado colonizador, según la experta.
El objetivo es la limpieza étnica y el medio para ello es el genocidio, aseguró Albanese.
Una consulta rápida a la web del movimiento propalestino BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) permite acceder a una lista interminable de empresas de todo tipo desde tecnológicas hasta marcas de belleza que son cómplices de la ocupación.
¿La solución? Albanese lo tiene claro: dejar de consumir productos de estas empresas y a organizarse de forma pacífica para evitar el envío de armas a Israel.

“Los Estados responden más fácilmente a las presiones que provienen de los sectores económicos y financieros que a las que provienen de la calle. Y eso nos revela el sistema en el que vivimos”, reconoció la relatora de la ONU.
La relatora recordó que manifestarse en contra de la ocupación “no es un acto de caridad, es la responsabilidad moral que tenemos hacia los palestinos”, porque lo que está en juego son nuestras libertades.
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