Protección más allá de la visita consular a los detenidos

Protección más allá de la visita consular a los detenidos

Por Santiago González Vallejo*

Las diferentes flotillas de la libertad habidas hasta el día de hoy, a excepción de las iniciales que concluyeron con éxito, no han podido llegar nunca hasta la Gaza palestina. Hablamos, por ejemplo, de la que protagonizó el Mavi Marmara en 2010, con el resultado de diez asesinatos cometidos por fuerzas militares israelíes, hasta las últimas de los barcos Conscience, Madleen y Handala.

Rumbo a Gaza

Entonces, ¿por qué se siguen llevando a cabo estas iniciativas? Las flotillas tienen como misiones, lo hemos dicho muchas veces, romper el bloqueo imperial israelí producido desde 2007, posibilitar el libre acceso y tránsito de personas y bienes, así como señalar, además, que son nuestros gobiernos los que tienen la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir el Derecho internacional, oponerse al bloqueo y la ocupación israelí y, en su caso, imponer sanciones a Israel.

Israel incumple el Derecho internacional. Despoja de sus recursos a los palestinos. Coloniza, expropia y expulsa a palestinos y sirios de sus hogares. Reprime, encarcela y mata. Y así desde el nacimiento del Estado de Israel, no sólo desde el 7 de octubre de 2023.

Ante el bloqueo israelí, la aceptación pasiva por parte de los gobiernos de los crímenes israelíes y el mantenimiento o la profusión incluso de acuerdos y normalización, ante lo visible del doble rasero entre situaciones paralelas, la Flotilla de la Libertad y otras experiencias siguen reclamando coherencia a los gobiernos. Es lamentable señalar que la lucha contra la Sudáfrica del apartheid costó muchos años y hubo grandes resistencias desde relevantes gobiernos presididos por los Reagan, Thatcher, la entonces Comunidad Económica Europea, o las FIFAS, los Comités Olímpicos, etc. sólo vencidas por la perseverancia popular y los cambios tectónicos acontecidos en la correlación de fuerzas de la Guerra Fría.

Ahora, parece ya que la contumacia de la soberbia imperial israelí, su propósito explícito de expulsión de los palestinos que queden vivos en Gaza o de los marginados en Cisjordania, han provocado grietas en la tradicional hipocresía de la mayoría de las cancillerías occidentales. Los muertos palestinos a diario han desbordado la propaganda israelí de confusión y el oxímoron de identificarse como Estado judío y democrático, o su práctica de tachar de antisemita cualquier acción contra el supremacismo que practica frente a la población palestina y ocupada, aún a pesar de haber arrastrado ideológicamente a muchos judíos y evangelistas terraplanistas de toda geografía a sus posiciones.

Diferentes gobiernos, tímidamente, reconocen diplomáticamente ya un Estado palestino, hacen declaraciones y empiezan a restar beneficios económicos al agresor israelí. Otras autoridades, al igual que el sector privado, no se sienten ya cómodas y reclaman una “reflexión ética” a sus socios y contrapartes si están implicados en la normalización de la ocupación israelí y los desmanes que lleva a cabo Israel, su ejército y sus colonos, de los cuales, gracias a periodistas y voluntarios palestinos, somos testigos todos los días.

Pero es insuficiente.

El Estado palestino ¿tendrá existencia sólo en Facebook? Israel, ¿detendrá sus matanzas y su colonización?. ¿Para cuándo el fin de este genocidio anunciado, el fin de la ocupación y el bloqueo de Gaza?, ¿para cuándo el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino, incluyendo a sus refugiados?

Hace unos días, el ministro español de Exteriores, Albares, declaraba al respecto de los ciudadanos españoles presentes en los barcos del Global Sumud, que “cuentan con toda la protección diplomática y consular del Gobierno español, como ha ocurrido en anteriores flotillas, y estamos siguiendo muy de cerca la situación”, dando por sentado que iban a ser abordados y secuestrados en aguas internacionales por la marina de guerra israelí.

Tras el comienzo de la destrucción israelí de la Ciudad de Gaza, haciendo estallar gratuitamente todos los edificios o torres de pisos, han aumentado y mejorado las declaraciones de algunos gobiernos occidentales, ‘exigiendo’ respeto al Derecho internacional, reconociendo al Estado palestino y -¡novedad!-, los ministros de Asuntos Exteriores de 16 naciones, Bangladesh, Brasil, Colombia, Indonesia, Irlanda, Libia, Malasia, Maldivas, México, Pakistán, Qatar, Omán, Eslovenia, Sudáfrica, Turquía y España, han implorado a Israel el pasado martes, 16 de septiembre, que no ataque a la Flotilla Global Sumud, que lleva ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Pero no han explicado cómo evitar el asalto pirata, y todavía menos qué harán si Israel comete los mismos actos de piratería consentidos contra flotillas anteriores. Se siguen eludiendo las sanciones efectivas.

Los barcos de las diferentes flotillas van debidamente identificados, se sabe por dónde surcan aguas internacionales, lo saben el ejército de ocupación israelí y todas las marinas de los países de esa OTAN del 5% del PIB de presupuesto. ¿Va a haber una defensa preventiva de los barcos del Sumud?

Próximamente, ya cercano el desenlace de los barcos de Sumud y la actualización de la Base de Datos de las Naciones Unidas de empresas que se lucran con la colonización de Palestina -con la complicidad del sector privado-, a finales de septiembre, fletarán la Coalición de la Flotilla de la Libertad y Thousand Madleens to Gaza (TMTG) una nueva flotilla para desafiar el ilegal y mortífero asedio de Gaza por parte de Israel, con la misma finalidad de dar esperanzas al pueblo palestino y reclamar coherencia y acciones a nuestros gobiernos.

En todo caso, de momento, no hay defensa efectiva del pueblo palestino. Israel sigue vulnerando las leyes internacionales e incurre en toda una panoplia de crímenes contra la humanidad, con la complicidad de gobiernos y empresas privadas, entre ellas algunas españolas. Porque lo que hace Israel y sus aliados con el pueblo palestino es aplicar la ley de la selva y de la fuerza, y provocar la derrota del Derecho internacional. Por el contrario, las flotillas seguirán señalando los crímenes y la complicidad de facto de nuestros gobiernos, hasta que se paren las matanzas israelíes, se rompa el bloqueo de Gaza y se consiga una vida digna para el pueblo palestino, restableciendo la vigencia del Derecho internacional.

* Activista y miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe

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Freedom Flotilla Coalition

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